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“Yo Adicto”: los demonios de la adicción con honestidad brutal

  • Foto del escritor: Cristóbal  Millas
    Cristóbal Millas
  • 11 feb
  • 3 Min. de lectura

La serie creada y dirigida por Javier Giner, basada en su libro del mismo título, sobre su proceso de desintoxicación de su adicción a la cocaína y el alcohol fu estrenada el 30 de noviembre pasado y acogida con gran exito.

Lo de ‘Yo, adicto’ podía salir o muy bien o estrepitosamente mal. No existía un término medio. Es lo que ocurre cuando se opera a corazón abierto. Que el proceso de desintoxicación de la adicción a la cocaína y el alcohol de un tipo egocéntrico, narcisista e impertinente se pudiera convertir en material narrativo para una serie que interesara a un gran público no parecía un reto fácil. Tampoco lo era el libro (ed. Paidós, 2021) en el que está basada. Y de las dos opciones, la balanza se ha inclinado por la primera.

Los seis capítulos de entre 40 y 45 minutos (a excepción del sexto, que no llega a la media hora) componen una obra monumental. Hay que ser muy valiente para exponer de manera tan honesta y brutal las miserias más grandes, las heridas más profundas y los secretos más inconfesables hasta para uno mismo. También muy talentoso para manejar ante la cámara material tan sensible. Y lo que consigue es eso tan difícil a lo que aspira toda ficción (por muy autobiográfica que sea): que los personajes te importen, que los quieras y que desees con todas tus fuerzas que les vaya bien en la vida, porque se lo merecen.

Javier Giner es un hombre vinculado durante años a la industria del cine en el papel de agente de prensa. Quienes nos dedicamos a esto hemos tratado con él cada vez que buscábamos información sobre Pedro Almodóvar o queríamos una entrevista con Penélope Cruz. Cuando existe un vínculo resulta inevitable que surja un interés por su historia. Sin embargo, ni sus lectores ni los espectadores de su serie lo conocen personalmente, solo sabrán del personaje. Aún así, serán muchos quienes se vean representados en él y se sientan conmovidos por su enfermedad.


Su angustia, su miedo y su enfado resultan tan verdaderos en pantalla que duelen. Gran parte de este mérito corresponde a Oriol Pla, con su interpretación absolutamente deslumbrante del alter ego del autor. Se ha apoderado de su cuerpo, de su alma y de su mirada herida y vulnerable. Junto a él hay un numeroso elenco de secundarios en papeles de trabajadores del centro de desintoxicación o pacientes que compartieron los cuatro meses de ingreso, con Nora Navas, Marina Salas, Àlex Brendemühl, Bernabé Fernández, Victoria Luengo y Omar Ayuso, entre otros.

La serie cuenta con Aitor Gabilondo (‘Patria’) como padre adoptivo y con la colaboración en la dirección de Elena Trapé (‘Els encantats’), quien se encarga de tres capítulos (el propio Giner dirige los otros tres). Él mismo se ha encargado también del guión, junto a Gabilondo, Jorge Munarriz y Alba Carballal, creando un texto con algunos diálogos inolvidables. Como el descomunal quinto episodio, basado en una discusión entre el protagonista y sus padres. Ellos son unos progenitores como muchos en este país, pertenecientes a una generación poco acostumbrada a mostrar las emociones y los afectos. Su madre, como tantas de cierta edad, solo sabe demostrarle amor a su hijo regañándole: “vaya pelo que llevas, mira que pintarte las uñas, vaya disgustos me das”.

A muchos les sonará. Pero ese abrazo con esa madre (Itziar Lazkano) muchos lo sentirán como propio porque representa el perdón a todas esas madres que no supieron entender a sus hijos. Porque de esto va esta serie. Es un relato sobre el perdón (a los demás y a uno mismo) y sobre la redención después de haber ardido en el infierno. El autor lo plantea también como un acto de generosidad y de ayuda para quien quiera tomarla. ‘Yo, adicto’ es la historia de cómo acudió a una clínica de desintoxicación en un acto desesperado de supervivencia, y es también su particular ‘se puede salir de esto’, su ‘pide ayuda’ y su susurro al oído diciendo: ‘todo va a ir bien.’

El libro Yo, adicto se ha convertido en uno de los fenómenos literarios de los últimos años en España y actualmente cuenta ya con ocho ediciones.




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